viernes, 25 de julio de 2014

FERNANDO HIERRO

Se cumple un cuarto de siglo de la llegada del malagueño al Real Madrid

Este verano se ha incorporado al cuerpo técnico del Real Madrid como segundo entrenador Fernando Hierro. El malagueño regresa al club once años después de concluir su etapa como jugador. Una extraordinaria etapa que se inició hace justo veinticinco años, cuando un joven defensa procedente del Valladolid aterrizó en el Santiago Bernabéu.

Fernando Ruiz Hierro, el menor de una saga de futbolistas, como ya expliqué en su día aquí en 'Historias del Real Madrid', nació en la localidad de Vélez-Málaga el 23 de marzo de 1968. Rechazado en su momento por el Málaga, recaló en las categorías inferiores del Valladolid, equipo en el que jugaba su hermano mayor Manolo Ruiz Hierro. Debutó en Primera División con los pucelanos en la campaña 1987-88, con 19 años, y con los castellanoleoneses jugó dos temporadas en las que mostró grandes cualidades y captó la atención de los grandes clubes españoles. Fernando jugó con el Valladolid la Final de la Copa del Rey frente al Real Madrid, precisamente. Fue aquella Final que hace unos días recordaba aquí en 'Historias del Real Madrid' al cumplirse su vigesimoquinto aniversario. Con motivo de aquel encuentro disputado en el estadio Vicente Calderón se iniciaron las conversaciones entre Ramón Mendoza y Miguel Angel Pérez Herranz, su homónimo vallisoletano. El Atlético de Madrid hubiera sido el destino del pequeño de los Hierro si el Madrid no hubiese mejorado la oferta económica por sus servicios. Además, el jugador manifestó sus preferencias por la entidad blanca.

Así las cosas, en aquel verano de 1989 Fernando Ruiz Hierro terminó cumpliendo su sueño de recalar en el Real Madrid. El equipo rejuvenecía así la línea defensiva después de la retirada de José Antonio Camacho y Antonio Maceda. Desde el primer día el malagueño se convirtió en pieza fundamental del equipo que aquella temporada 1989-90 entrenó el galés John Toshack. Su carrera estaba siendo meteórica y en su primera campaña de blanco sumó su primer título al adjudicarse el Real Madrid la Liga. Hierro, que aquella temporada llegó a estrenar la Internacionalidad, fue convocado por Luis Suárez como integrante de la Selección española que se desplazó a Italia en el verano de 1990 para jugar el Mundial. ¿Qué más se podía pedir?

Los años noventa 

Ya he contado varias veces que la llegada de la década de los noventa no le sentó muy bien al Real Madrid. Tras cinco campeonatos de Liga consecutivos se inició un periodo de 'vacas flacas' salpicado de títulos aislados como la Supercopa de la temporada 1990-91. Nuestro añorado Alfredo Di Stefano había relevado a Toshack en el banquillo merengue, pero Don Alfredo no llegó a terminar la temporada. Aquel ejercicio 1990-91 lo concluyó un técnico creo que clave en la carrera de Fernando Hierro. Me refiero al entonces yugoslavo Radomir Antic.

Antic fue el entrenador que tomó una decisión táctica que terminó de consagrar al jugador. Le sacó de la defensa y lo colocó en el centro del campo aprovechando una de las grandes cualidades del malagueño. Su llegada. Las cifras goleadoras de Hierro se incrementaron ostensiblemente con el técnico balcánico hasta el punto de que en la campaña 1991-92 llegó a marcar, atención..., ¡21 goles en Liga! Fue algo increíble. Llegó a pelear por el Pichichi, en cuya tabla finalizó como segundo máximo anotador de la Liga por detrás del ariete colchonero Manolo. A ello contribuyeron actuaciones como la del 19 de abril de 1992. La noche anterior, recuerdo que el Barcelona había ganado 7-1 al Albacete. En la Liga, que tras la nefasta destitución de Antic se había igualado, los goles podían pesar en el desenlace por cuestiones relacionadas con el golaveraje y aquel domingo el Real Madrid salió con toda la presión a jugar frente al Español de Javier Clemente. Sin embargo, el equipo respondió con un contundente 7-0, incrementando el coeficiente favorable al Madrid. Y Fernando Hierro contribuyó... ¡con cuatro goles! Aquel día el malagueño lució a la espalda el dorsal 9 de Hugo Sánchez.

Fernando Hierro había pasado de ser pieza fundamental en el equipo a ser indispensable. Pese a su juventud, recordemos que tenía 24 años recién cumplidos, era el alma del equipo, el líder, y me atrevería a decir que hasta su estrella. El malagueño veía puerta con una facilidad pasmosa. Derrochaba fuerza y entrega, distribuía bien y frenaba a los rivales con sus condiciones innatas como defensa. Era un defensor que jugaba por delante de la zaga pero que además se sumaba a las labores ofensivas. Iba bien de cabeza y además era un buen lanzador en las jugadas a balón parado. Lo tenía todo y estaba en plena forma. No exagero nada si digo que para mí ha sido uno de los futbolistas más completos que he visto en mi vida. Y, sin ninguna duda, uno de los tres mejores futbolistas españoles de la década de los noventa.

Benito Floro le siguió manteniendo en el centro del campo y Fernando Hierro siguió ofreciendo unos resultados espectaculares. El público y los seguidores lo veíamos, así que nos tocó seguir con incertidumbre la renovación del futbolista cuando se acercó el final de su contrato. Era la campaña 1992-93. Parecía que no se llegaba a una solución para la prolongación de su estancia en el Real Madrid entre el club y su representante, que si no me falla la memoria creo que era Zoran Vekic. Aparecieron rumores que aseguraban que el Barcelona se haría con los servicios de Hierro de cara a la siguiente campaña. Aún me acuerdo de unas imágenes del programa de Canal Plus, en su famosa sección 'Lo que el ojo no ve', captadas en el Carlos Tartiere de Oviedo. En la grada, había una chica, obviamente admiradora de Hierro, que pedía a gritos la continuidad del futbolista. "Mendoza, cabrón, Hierro renovación", gritaba aquella joven. Por cierto, aquel día el Real Madrid ganó 0-4 y el segundo gol lo marcó Hierro, para delirio de aquella chica de Oviedo.

Aquella Liga, por desgracia, se nos volvió a escapar en Tenerife. Pero por lo menos cerramos la temporada ganando la Copa del Rey. Era el último partido de la campaña 1992-93 y aún estaba pendiente el asunto de la renovación de Fernando. Se llegó a decir que podía ser el último partido de Hierro con el Real Madrid y que lo tenía ya todo cerrado con el Barcelona. Tras ganar al Zaragoza 2-1 en la Final, recuerdo leer al día siguiente unas declaraciones de Michel en las que aseguraba que, tras ver la felicidad de Hierro durante la celebración de la Copa recién conquistada, estaba seguro de su continuidad en el Real Madrid. Y así fue. Afortunadamente pasó lo que tenía que pasar. Hubo acuerdo y Fernando Hierro, en aquel momento estandarte y jugador más en forma del equipo junto con Buyo y Michel, siguió en el Santiago Bernabéu.

Durante la etapa de Benito Floro en el banquillo, a la Copa 1992-93 se sumó la Supercopa 1993-94. Pero las cosas no marchaban bien en el equipo y, como conté la semana pasada, hace veinte años se coció una profunda renovación en un equipo que tuvo muchas caras nuevas en la temporada 1994-95.

Vuelta a la defensa

Jorge Valdano llegó al banquillo del Real Madrid y retrasó la posición en el campo de Fernando Hierro. Vuelta a los orígenes del malagueño, que jugaría el resto de su carrera deportiva en el Real Madrid como defensa y alternaba esa posición con la de centrocampista en la Selección española, ubicación en la que le colocaba Javier Clemente. Su vuelta a la defensa no impidió que Fernando Hierro siguiera marcando goles. Su físico portentoso le permitía subir al ataque como una locomotora. Igual que en aquel anuncio de la firma deportiva Adidas que protagonizó en su día. Con la Selección llegó a superar el récord de goles que durante años mantuvo Emilio Butragueño con 26 dianas. Hierro marcó 29 con la elástica roja y llegó a ser máximo goleador de su historia hasta que Raúl González le superó.

Fernando Hierro siempre contó con el apoyo de todos y cada uno de los entrenadores que pasaron por el Real Madrid a lo largo de su carrera. Tras Jorge Valdano, Arsenio Iglesias, Fabio Capello, Guus Hiddink, John Toshack, en su segunda etapa, y Vicente Del Bosque, confiaron en las garantías que ofrecía el malagueño.

El futbolista, que había llegado al Real Madrid de la Quinta del Buitre, fue uno de los pilares del equipo que conquistó la ansiada Séptima Copa de Europa para el club. Titular en el partido de Ámsterdam frente a la Juventus, 'vengó' junto con Chendo y Sanchís a todos los compañeros que a mediados y finales de los ochenta se habían quedado a las puertas del éxito en la máxima competición continental. Más aún. Fernando Hierro fue junto con Raúl González, Morientes, Roberto Carlos, Guti y Karanka uno de los privilegiados que encadenó las tres Champions League que sumó el club entre 1998 y 2002. Ganó la Séptima, la Octava y la Novena.

Al concluir la temporada 2002-03, con el título de Liga recién conquistado, el club decidió no renovar los contratos de Vicente Del Bosque y Fernando Hierro. Recuerdo todo aquello con mucha tristeza, puesto que estaba seguro de que cometíamos un grave error, como se puso de manifiesto en las siguientes temporadas. Concluía en aquel verano de 2003 la carrera deportiva de Fernando Hierro en el Real Madrid. En total, catorce temporadas de blanco al máximo nivel en las que el de Vélez-Málaga jugó un total de 601 partidos oficiales con el Real Madrid y anotó 128 goles.

Ganó un total de cinco Ligas, una Copa del Rey, cuatro Supercopas de España, tres Copas de Europa, dos Copas Intercontinentales y una Supercopa de España.

Final de carrera

Tras su salida del Real Madrid, Fernando Hierro jugó un año en la liga de Catar en las filas del Al-Rayyan durante la campaña 2003-04. Un año después regresó al fútbol europeo para jugar en el Bolton inglés, donde coincidió con su ex compañero en el Madrid Iván Campo, que hizo carrera en ese equipo británico. Al término de la temporada 2004-05 y pese a contar con una propuesta del Bolton para seguir jugando, Fernando Hierro decidió colgar las botas. Era el punto final a su carrera en activo. Una carrera impresionante que había arrancado casi dos décadas antes en Valladolid. Atrás quedaron tantos partidos, tantos goles, tantos títulos con el Real Madrid, su presencia en cuatro Mundiales, dos Eurocopas, 89 partidos con la Selección... Se retiraba un jugador legendario en la historia del fútbol español y del Real Madrid.

Tras dejar de jugar desempeñó los cargos de director deportivo de la RFEF entre 2007 y 2011 y de manager general del Málaga, el club de su tierra, entre 2011 y 2012.

Ahora, veinticinco años después de su primera llegada al Real Madrid, Fernando Hierro ha vuelto al Bernabéu para vestirse otra vez la ropa deportiva y tomar contacto de nuevo con los terrenos de juego... pero desde el banquillo, claro está. Recoge el testigo de Zinedine Zidane como segundo entrenador de la primera plantilla y compartirá banquillo junto a Carlo Ancelotti, al que se enfrentó como jugador en aquella eliminatoria de Copa de Europa de la temporada 1989-90, su primera campaña como madridista. Ojalá su estancia en el club se prolongue tanto como la de su etapa de jugador. O más. Bienvenido de nuevo a casa, Fernando.

1 comentario:

  1. En su día, cuando era un niño, siempre llevaba en la camiseta planchado el número 8 de Míchel.
    Con el paso de los años le sigo recordando con mucho cariño, pero cada vez me doy más cuenta que el futbolista al que me hubiera gustado admirar de pequeño era a Fernando Hierro.
    Sus números fueron increíbles y lo culminó individualmente con el trofeo al mejor defensor de Europa en 1998, con su apoteósica final frente a la Juventus.
    Una lástima que el club luego no le tratara con la grandeza que demostró en el campo. Debería haber sido un hombre de club como Chendo, Pirri, Gento, Butragueño, Zidane...

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