lunes, 28 de agosto de 2017

RECORDANDO A JOSÉ ANTONIO SALGUERO

El defensa malagueño pasó siete temporadas en la disciplina del Real Madrid
 
Hace treinta años, en el verano de 1987, se despedía del Real Madrid uno de los jugadores que formaban parte de la plantilla del primer equipo blanco cuando yo empecé a seguir el fútbol allá por la temporada 1983-84. José Antonio Salguero fue uno de los futbolistas que coincidió con la Quinta del Buitre en aquel Real Madrid de los ochenta que tanto me gusta evocar. Era uno de los protagonistas de aquellos cromos que coleccionaba con tanto celo y que se convirtieron en ídolos y personajes vinculados con la infancia...

Jugaba de defensa. Aunque se desenvolvía en varias posiciones de la zaga, pudiendo incluso actuar en el centro del campo, se le recuerda principalmente como líbero, un puesto que a las generaciones más jóvenes les cuesta un poco ubicar. Otro fútbol. Era un futbolista que no se ajustaba al estereotipo de defensa que se podía contemplar en el fútbol de los ochenta. No era un jugador duro, estaba dotado de cierta técnica y veía muy pocas tarjetas. Hacía gala de un potente disparo desde fuera del área que le llevó a convertir casi una decena de goles con la camiseta merengue. De hecho, consiguió ver puerta en todas las temporadas que disputó en el Santiago Bernabéu pese a jugar atrás.

Quizás no fuese un primer espada o un titular fijo. Más bien era un 'jugador doce', uno de esos futbolistas tan necesario en el banquillo para suplir con garantías las ausencias de otros compañeros o para servir de primer recambio para el entrenador. En cualquier caso, jugó mucho y vivió en primera persona algunos de los capítulos más interesantes de la historia del Real Madrid de hace tres décadas. Hoy, en 'Historias del Real Madrid', vamos a recordar la trayectoria de este futbolista. 

Sus inicios 

José Antonio Salguero García nació en la localidad de Fuente de Piedra, Málaga, el 25 de enero de 1960. Junto a su hermano pequeño, Gaspar, comienza a cuajar su afición por el fútbol desde edad temprana. Ambos empiezan a jugar en el equipo de su pueblo junto a uno de sus primos. Por aquella época, nuestro protagonista juega como delantero. Estudió el bachillerato en el Instituto Nacional de Enseñanza Media Pedro Espinosa de la localidad malagueña de Antequera. Allí siguió desarrollándose como futbolista sin descuidar los libros. "La verdad es que, a pesar de mi pasión por el fútbol, en ningún momento descuidé los estudios. No tenía problemas con los exámenes y sacaba buenas notas. En lo referente al Antequerano, he de confesar que esta entidad se interesó por tres jugadores del equipo de mi pueblo, por dos primos míos, Pepe y Ricardo, por un íntimo amigo, Paco Solís, y por mí. De los siete que acudimos a la cita sólo nos quedamos cuatro: Pepe, Ricardo, Paco y un servidor. Nos comprometimos a jugar con el Antequerano en Segunda B. Los cuatro pensamos que no podíamos desechar la oportunidad que se nos brindaba", rememoraba Salguero en una entrevista de Luis Miguel González para As Color.

Del Antequerano Salguero pasó al Club Deportivo Alameda, equipo cuya sede se encontraba cerca de su Fuente de Piedra natal, lo que facilitaba los desplazamientos para entrenar. En el Alameda terminó retrasando su posición sobre el campo y se perfiló en la posición en la que acabaría triunfando como futbolista, la de defensa. Siendo jugador del Alameda tuvo lugar un evento que marcaría el futuro de Salguero, la Primera Olimpiada de Fútbol Juvenil de Andalucía. "Empezaron a buscar chavales para hacer una selección juvenil de Málaga que participara en aquella olimpiada. Cuando Pedro Valencia me comunicó que no dudara en acudir, me puse loco de alegría. Sin embargo, cuando llegué a Málaga ya se había acabado el encuentro. El mundo se me vino encima, pero pronto recuperé el ánimo, ya que hicieron otra selección de los que allí estábamos que se enfrentó al Atlético Malagueño. Según me dijeron, Antonio Benítez estaba muy interesado en verme actuar. Fue él quien aconsejó que el Málaga me fichara. Total: al acabar aquella olimpiada, en la que tuve aceptables actuaciones, fueron a mi casa unos dirigentes del club malagueño para decirme si estaba interesado en firmar por el Málaga, con la condición de que la primera temporada estaría en la plantilla del filial", recordaba Salguero en As Color.

Efectivamente, con diecisiete años Salguero recala en el Málaga y durante la temporada 1977-78 se convierte en una pieza indispensable de la defensa del segundo equipo de la entidad. "Mi paso por el Atlético Malagueño fue muy valioso por varias razones: los buenos consejos que recibí de Antonio Benítez, las alegrías que me llevé y los errores que fui corrigiendo. Una etapa que también fue inolvidable", recordaría el jugador con cariño.

Con dieciocho años, Salguero debuta con el primer equipo del Málaga. Era la temporada 1978-79 y el equipo andaluz estaba en Segunda División. Nuestro protagonista disputa cinco partidos con el equipo, que termina la Liga en segunda posición empatado a puntos con el Almería y consigue el ascenso a Primera División.

En la temporada 1979-80 Salguero disputa 17 partidos, todos ellos de titular, adquiriendo experiencia en Primera División. Su debut en la máxima categoría del fútbol español tuvo lugar el domingo 25 de noviembre de 1979 en La Rosaleda. Málaga-Real Zaragoza. "Cuando el míster dio a conocer la alineación y me vi en ella, sentí... Sí, sentí una especie de escalofríos. Era un debut, con la camiseta blanquiazul del Málaga, que había soñado ver hecho realidad desde muy pequeño", rememoraba el jugador. El encuentro finalizó con empate a uno. Se adelantaron los locales... ¡con gol del debutante Salguero! Un saque de falta en corto cerca del área visitante propició un buen disparo del defensa local que supuso el 1-0. En tiempo de prolongación, Pichi Alonso estableció el definitivo 1-1.

Durante su etapa en el Málaga los ojeadores madridistas ya habían puesto sus ojos sobre el defensa. En 1980, José Antonio Salguero, a sus veinte años, se encontraba realizando el Servicio Militar cuando le confirmaron la noticia del interés del Real Madrid por incorporarle a su disciplina. "Me encontraba en el cuartel cuando un capitán me dijo que me llamaban por teléfono desde el Club Deportivo Málaga para firmar por el Madrid. Al principio lo interpreté como una broma, pero la verdad es que todo iba muy en serio. Me dieron permiso para trasladarme a Madrid y, después de unas pequeñas conversaciones, me comprometía con el Real. Ni yo mismo me lo creía. Era el paso más importante que podía dar en mi vida deportiva", recordaría posteriormente Salguero para el semanal As Color.

Llegada a Madrid

Efectivamente, en el verano de 1980 el Real Madrid se hace con los servicios del andaluz para jugar con el Castilla en Segunda División. Salguero fue una de las tres novedades de aquel Castilla 1980-81 junto a Serrano y Monllor. En agosto de aquel año, en su número 363, el boletín oficial del Club publicó una entrevista de una página con el nuevo futbolista blanco y una de las preguntas, precisamente, versaba sobre si le importaba el hecho de llegar a Madrid para jugar en el segundo equipo. "En absoluto. Ese es el mejor trampolín para llegar al Real Madrid. Además, está la Recopa. Será mi debut internacional y estoy ilusionadísimo. Nos vamos a encontrar con los mejores equipos de Europa y espero que el Castilla dé su verdadera medida, que es muy grande. El Castilla es un Primera División, que tiene que jugar en Segunda...", argumentaba el nuevo jugador merengue.

En aquella entrevista, a modo de presentación de cara a los aficionados, se le pedía definirse a sí mismo. "Creo que soy honrado en el campo y esa es la principal virtud de un futbolista. Técnicamente no sabría describirme. Eso es tarea de los periodistas", contaba Salguero, que apuntaba que en todos sus anteriores equipos había actuado como líbero y reconocía que sería "muy difícil" quitarles el puesto a jugadores como Benito, Sabido o García Navajas. "Pero, para mí lo más importante es que me consideren como un amigo, como un compañero, antes que a alguien que viene a hacerles la competencia", matizaba el malagueño. 

Durante sus primeros meses de estancia en la capital, Salguero tuvo que compaginar el balón con sus obligaciones castrenses en la 'mili'. "Soy voluntario, y hasta Navidades no acabo. Espero que me concedan el cambio de Región Militar, para incorporarme lo antes posible a la disciplina del Club", comentaba en agosto de 1980. Pero no fue así. Tuvo que estar a caballo entre Málaga y Madrid. "Desde el mes de septiembre de aquel año, en el que se inició la temporada, hasta el mes de enero de 1981, cuando me licencié, venía a Madrid los fines de semana para alinearme con el Castilla. En esos cinco meses pensé que lo mejor era casarme y afincarme definitivamente en Madrid", recordaba en una entrevista para As Color. Tras concluir el Servicio Militar, José Antonio Salguero contrajo matrimonio con su novia, Carmen Gutiérrez. Fue el 25 de enero de 1981, precisamente el mismo día que cumplía 21 años.

En lo estrictamente deportivo, Salguero es titular indiscutible con el filial que entrenaba el malogrado Juanjo. Y, como ya anticipaba en su entrevista de presentación, el malagueño debuta en competición europea, puesto que el Castilla fue el representante español en la Recopa de Europa 1980-81 en calidad de finalista de la Copa del Rey en la famosa Final fratricida de junio de 1980. El Real Madrid ganó Liga y Copa. Al disputar la Copa de Europa, la plaza para la Recopa quedó en manos del Castilla. Salguero jugó los dos partidos frente al West Ham inglés en los que los madridistas casi rozaron la gesta de pasar la eliminatoria. Ganaron el encuentro de ida en el Bernabéu 3-1 y en la vuelta los británicos necesitaron de la prórroga para dejar fuera al filial. En el Castilla, José Antonio Salguero coincidió con futbolistas como Chendo y Ochotorena. Aquel año llegó a ser internacional con la Selección Sub-21

Debut primer equipo

En la siguiente campaña, 1981-82, Salguero sigue fogueándose en el Castilla. En su segunda campaña en el filial tiene como compañeros a otros jugadores que también llegarán al primer equipo como Fraile, Bernardo o dos de los principales miembros de la Quinta del Buitre: Míchel y Butragueño. Algunos de estos futbolistas llegan a debutar con el primer equipo del Real Madrid en el famoso partido de la huelga de futbolistas, el encuentro disputado en Castellón el 11 de abril de 1982. Ganó 1-2 el Real Madrid y el segundo gol de los blancos lo anotó precisamente nuestro protagonista.

Curiosamente, algunos futbolistas no consideran aquel partido de la huelga como el de su debut. José Antonio Salguero parecía ser uno de ellos teniendo en cuenta sus propias palabras. “Mi debut con el Real Madrid lo hice en 1982 durante una gira por Venezuela. Luego jugué el Trofeo Bernabéu y varios partidos de Liga. Para mí fue una gran alegría porque veía cumplido el sueño de niño. Siempre me había planteado como meta jugar en el mejor club del mundo. Entre mis grandes ilusiones figuraba la de jugar con el Real Madrid. Me acuerdo que el día más feliz de mi vida fue el de mi debut en el Santiago Bernabéu. Nunca podré olvidar ese momento y la emoción que me recorrió por todo el cuerpo”, rememoraba el jugador en el coleccionable Historia viva del Real Madrid publicado por el diario ABC.

En realidad, Salguero ya se había enfundado la camiseta del 'primer' equipo en febrero de 1982, en un encuentro de carácter amistoso que enfrentó al Real Madrid con la Selección de la URSS y que sirvió para inaugurar los videomarcadores de un Estadio Santiago Bernabéu que seguía modernizándose de cara al Mundial de aquel próximo verano. En aquel partido Boskov alineó a futbolistas de la primera plantilla con jugadores del Castilla y Salguero saltó al césped en el once inicial. Posteriormente, en abril, jugaría el citado partido de la huelga en Castellón y en mayo de 1982, tras finalizar la Liga, Salguero formó parte del equipo madridista que realizó una gira primaveral que llevaría a los madridistas a jugar en el continente americano. Su rendimiento debió de convencer a los técnicos...

Su llegada definitiva a la primera plantilla se registró en la temporada 1982-83. Salguero se presentó con el equipo como miembro del primer equipo. "No sé cómo explicar la alegría que siento de verme en la primera plantilla del Real Madrid. Espero y confío que este salto que he dado, un paso muy importante, sea definitivo. Es decir, que no vuelva al Castilla o que me cedan. La verdad es que cuando vine de Málaga al Madrid esperaba que llegara esta oportunidad y espero aprovecharla. ¿Si me paré a pensar por qué me han incorporado al Real Madrid? La verdad es que no. Pero pienso que ha sido por la regularidad que he venido manteniendo en el Castilla", contaba el defensa con motivo de su incorporación al primer equipo.

En septiembre de 1982, el boletín informativo del Club, en su número 388, recoge una serie de pequeñas entrevistas con los nuevos jugadores de la primera plantilla. "Confío en mí", señalaba José Antonio Salguero en el titular. Al jugador ya se le advertía que no le resultaría fácil jugar en una posición de líbero que ya contaba con jugadores de la talla de Gallego y Stielike. "Fácil, indiscutiblemente, no es, pero tengo muchas ganas e ilusión y aprovecharé las oportunidades que se me den", reconocía un Salguero que, no obstante, aludía a su polivalencia. "Puedo ser igualmente centrocampista o central, pero el puesto que más me gusta, en el que estoy más cómodo, es el de líbero. Tendría incluso más difícil la posibilidad de jugar en el medio del campo, porque hay muchos jugadores, y como defensa central tendría la competencia de Bonet. Nada lo tengo fácil, pero confío en mí", argumentaba Salguero.

Como se puede comprobar, Salguero era realista ante el panorama que se le presentaba de cara a la temporada 1982-83. Además de la competencia con Gallego y Stielike por un puesto como líbero hay que recordar que había numerosos jugadores para la defensa del equipo. Aquel mismo verano, junto a Salguero, también ascendió al primer equipo otro defensa del Castilla, Fraile. Y el Club acababa de fichar a Juan Jo, Bonet y el neerlandés Metgod. Todos ellos defensas. En total, cinco nuevas incorporaciones para la zaga del Madrid. Eso sí, también hay que recordar que en aquella temporada 1982-83 el Real Madrid afrontaría cinco competiciones (Liga, Copa del Rey, Recopa de Europa, Copa de la Liga y Supercopa de España) por lo que el nuevo técnico, Alfredo Di Stéfano, tendría que dar oportunidades a muchos jugadores. "Sí, hay varias competiciones, será una dura temporada, y habrá probabilidades de jugar", advertía el malagueño dando muestras de paciencia. "Soy muy joven y precisamente soy optimista sobre mi futuro en el Madrid, porque tengo mucho tiempo por delante", añadía el zaguero. Desde la revista oficial se le preguntaba si pensaba que era mejor estar en el Madrid aunque no se jugase a menudo o ser cedido a otro club para jugar continuamente. "Creo que es mejor estar aquí, porque aunque no juegue mucho, se adquiere incluso más experiencia que si estuviera jugando en otro equipo", respondía Salguero.

Efectivamente, en su primera temporada en el primer equipo, 1982-83, Salguero fue un jugador a tener en cuenta por Di Stéfano. Con tantas competiciones y tantos partidos hubo minutos para todos. El defensa malagueño disputó la nada despreciable cifra de 31 partidos oficiales. Jugó en las cinco competiciones en las que participó el equipo y consiguió anotar 3 goles. Especialmente recordado fue el que anotó frente al Inter de Milán en la Recopa de Europa. Fue el 16 de marzo de 1983, en el Santiago Bernabéu, en cuartos de final de la Recopa de Europa. En la ida, en Italia, el resultado había sido de empate 1-1. En la vuelta el Madrid tuvo que remontar el partido. Altobelli adelantó a los foráneos en el primer tiempo. A los cinco minutos de la segunda mitad los blancos dispusieron de un lanzamiento de falta al borde del área y Salguero soltó un tremendo obús que se coló en la portería rival. Pocos minutos después, Santillana, de cabeza, certificaría el pase a las semifinales. "Era la primera vez que marcaba un gol en competiciones europeas. La impresión que me causó fue grande y la verdad es que es un recuerdo imborrable para mí", recordaría unos meses después.

Fue el año de los cinco subcampeonatos. Fue la gran espina que le quedó clavada a la plantilla de aquella temporada. Se llegó lo más lejos que se pudo en todas las competiciones pero no se logró ningún título. 

Temporada 1983-84

La segunda campaña de Salguero en el primer equipo, 1983-84, fue menos fructífera para el jugador en cuanto a número de partidos jugados. De hecho, aquella fue la temporada que menos partidos disputó durante su estancia en Madrid.

En abril de 1984, en su número 407, la revista Real Madrid ofrece una entrevista con Salguero y un poster a color de una página del jugador malagueño. "Trato de ser honrado en el campo", rezaba el titular. A lo largo de dos páginas el jugador recordaba sus comienzos en el Club blanco y repasaba lo que había dado de sí su estancia en el primer equipo. Desde la revista se mencionaba la evidencia de que aquel ejercicio 83-84 no estaba siendo su temporada y se le preguntaba a qué lo atribuía. "No sé, el mundo del fútbol es muy complicado. Empecé la temporada jugando, pero salí del equipo, parece que el entrenador no cuenta ahora conmigo, pero eso es normal, en la plantilla somos muchos jugadores y es imposible que todos juguemos. Yo lo único que espero es que muy pronto vuelva a confiar en mí", respondía Salguero. El periodista apuntaba que debía de ser duro estar trabajando toda la semana para después no estar en la lista de convocados. "Qué duda cabe, porque estás trabajando toda la semana con bastante ilusión y esperando que cuando den la lista estés tú. Te desilusionas un poco, pero el fútbol es así y luego lo único que haces es intentar apoyar desde fuera a los compañeros para que ganen", contaba el defensa madridista, que además puntualizaba que en un encuentro se sufría más desde la grada que en el campo. "Te ves inútil, impotente, no puedes hacer nada y esto te pone nervioso", matizaba Salguero.

De aquella entrevista hay otro pasaje muy importante en cuanto a la biografía del jugador se refiere. Fue durante aquella temporada 1983-84 cuando empezó a estudiar la carrera de Derecho. "Al tener las tardes libres, pienso que es interesante que se nos vaya quitando a los futbolistas la mentalidad de venir a llevarse el mayor dinero posible, en convertirte en un mueble. Creo que el futbolista es ante todo una persona, y como tal se tiene que dar cultura a sí mismo. Además, el fútbol se acaba cuando menos te lo esperas y si has tenido suerte puedes tener algo, pero si no luego no sabes lo que hacer. Pienso que estudiar, además de aumentar mi cultura, con un poco de suerte, me ha de valer para mi futuro", contaba de manera profética el jugador.

Precisamente aquel mes de abril de 1984, Salguero marcó un gol en el triunfo por 2-1 frente al Valladolid en la penúltima jornada del campeonato liguero. Fue el tanto con el que se abrió el marcador y un gol 'marca de la casa' para el defensa. Una falta al borde del área y un potente lanzamiento a las redes. En total, aquella campaña disputó 14 partidos oficiales, 8 de Liga, 5 de Copa del Rey y 1 de Copa de la UEFA.

Primeros títulos

Durante sus dos primeras campañas en la primera plantilla los títulos dieron esquinazo al Real Madrid. La temporada 1984-85 sería complicada, pero por fin llegaron los éxitos colectivos. Éxitos que también se consiguieron gracias a su colaboración. Su participación en el equipo fue de menos a más con el paso de las jornadas y los meses...

Marzo de 1985. Número 418 del boletín oficial del Real Madrid. José Antonio Salguero es el protagonista de una entrevista de tres páginas en la que podemos leer reflexiones del jugador haciendo balance de su trayectoria en el equipo. Se muestra "muy contento", aunque también exigente consigo mismo. "Satisfecho no por completo, porque creo que no he dado todavía futbolísticamente todo lo que podía haber ofrecido", confesaba. "Ahora, afortunadamente, parece que me van las cosas mejor y voy entrando en varias ocasiones en el equipo", apostillaba.

Salguero se deshacía en elogios hacia sus compañeros, incluso con aquellos que, como el alemán Stielike, eran competencia directa para él a la hora de encontrar un hueco en el once titular. "Uli es un gran jugador, no le voy a descubrir. Lleva nueve temporadas en España, pienso que los mejores de su carrera futbolística, y siempre da todo lo que  tiene dentro en el campo. Prueba de todo ello es que ha llegado en el Madrid a triunfar, siendo éste uno de los mejores equipos europeos. En lo referente a la diferencia entre nuestro juego, pienso que cada uno tiene sus cualidades y sus defectos, y esto no se puede cambiar; lo que ocurre es que ambos luchamos por un solo puesto y ello implica que cuando uno actúe el otro no lo haga. Aunque creo que hay veces en las que ambos podemos jugar en el equipo", explicaba el malagueño.

Precisamente en marzo de 1985 el líbero germano sufrió una afección hepática que le mantuvo más de un mes fuera de los terrenos de juego. Salguero ocupó su puesto con solvencia y demostró una vez más lo oportuno que resultaba contar con un jugador como él en las filas de la plantilla. El equipo afrontaba la recta final de una temporada en la que, por fin, llegarían los títulos.

El primero fue, además, un título europeo. La temporada 1984-85 nos dejó algunas de aquellas inolvidables remontadas que nos permitieron acceder a la Final de la UEFA frente al Videoton. Salguero pudo disputar unos minutos del encuentro de ida en el campo del conjunto húngaro, donde el Madrid ganó 0-3. Una lesión le impidió jugar en la vuelta, en el Bernabéu, pero lógicamente el malagueño estuvo junto a sus compañeros a la hora de recoger aquella primera Copa de la UEFA para el Club. "Antes de empezar el partido nos dijeron los compañeros que deberíamos estar presentes toda la plantilla en el campo una vez recogida la copa. El título significa mucho, ya que aparte de ser el primero con el Madrid lo hemos obtenido en una temporada muy dura para nosotros. La sensación que se tiene al estar con el trofeo en la mano es algo que desgraciadamente no había sentido nunca, espero poder sentirla con el Real Madrid muchas más veces", contaba Salguero a la revista del Club.

Poco tiempo tardaría Salguero en volver a levantar un trofeo. Pocas semanas después, en junio de 1985, el Real Madrid se proclamaba Campeón de la Copa de la Liga frente al Atlético de Madrid. Salguero había jugado los dos partidos completos de los cuartos de final en los que el Madrid eliminó al Barcelona. Era su segundo título en su palmarés particular.

En su cuarta campaña en la primera plantilla Salguero disputó 28 encuentros oficiales en los que marcó dos goles, ambos en Liga. El defensa participó en las cuatro competiciones que disputó el Madrid aquel año.

En el siguiente ejercicio, 1985-86, Salguero jugó de nuevo 28 partidos oficiales. El malagueño volvió a demostrar un año más que podía ser útil en una plantilla que se había reforzado con jugadores de la talla de Hugo Sánchez, Gordillo o Maceda. "Mi deseo a nivel global es que el equipo consiga grandes títulos. A ser posible la Liga, una competición que se nos ha escapado últimamente y que intentaremos llevar a nuestras vitrinas. En el terreno personal, el objetivo es que las cosas me salgan bien y lograr triunfar, aunque para ello hay que jugar más asiduamente de lo que he venido haciendo hasta ahora. Es la única forma de mejorar y en ello voy a poner todo mi empeño", expresaba el defensa durante la presentación de la plantilla.

Un año más, y fue una constante a lo largo de la carrera madridista de Salguero, la competencia fue dura a la hora de encontrar un hueco en el equipo. "En el plano deportivo mi mayor problema es que ha ocurrido siempre que he tenido delante a grandes jugadores como Metgod, en la primera temporada, Stielike, más tarde, y Antonio Maceda, ahora. Es muy difícil, entonces, que pudiese demostrar mi calidad futbolística en una posición como es la de hombre libre de la defensa, que es donde creo mejor y más cómodo me encuentro, aunque de hecho he actuado en otras zonas que han ido desde lateral a delantero. En este sentido creo que la circunstancia de haber podido ser alineado en varias posiciones cuando el equipo lo necesitaba es el principal motivo para que se hablase bien de mí", detallaba Salguero para la revista del Real Madrid. El jugador insistía en la necesidad de disponer de regularidad para rendir al mejor nivel posible. "Es vital y muy importante la continuidad en los partidos. No sólo te hace coger forma, fondo, en definitiva, forma física, sino que además adquieres esa colocación en el campo tan importante en este puesto y ese saber que pese a un mal momento, que todo jugador puede tener a lo largo de un partido, al domingo siguiente vas a tener la oportunidad de enmendarlo. La continuidad te hace adquirir confianza a la hora de hacer un dribling o simplemente un pase de treinta o cuarenta metros", argumentaba cargado de razón el defensa malagueño.

En aquella entrevista, publicada en el número 430 del boletín oficial, correspondiente a abril de 1986, Lorenzo Martínez le preguntaba al jugador si pensaba que su labor había sido valorada en su justa medida. "Creo que el año pasado la valoración que se hizo a mi labor fue mínima. Cuando Stielike sufrió un proceso hepático quien cogió su puesto, en un momento muy responsable, fui yo, y el equipo consiguió llegar a la Final de la Copa de la UEFA y de la Copa de la Liga, competiciones que ganamos. Pienso, sinceramente, que su ausencia en los encuentros que jugué no se echó en falta y ello no se me valoró. Esto me ha dolido un poco", respondía un Salguero que seguía deseando jugar más pero que se mostraba satisfecho de su presencia en el Santiago Bernabéu. También mostraba satisfacción el Club con su rendimiento hasta el punto de que se le renovó por dos temporadas más. 

Salguero siguió disfrutando de los éxitos colectivos de aquel Real Madrid 85-86. Por fin pudo sumar un título de Liga a su palmarés. Y en Europa un nuevo triunfo con la consecución de la segunda Copa de la UEFA. Salguero jugó los noventa minutos del encuentro de ida disputado en el Bernabéu frente al Colonia alemán que concluyó con victoria aplastante por 5-1 dejando el título encarrilado.

"Ha sido una de las temporadas más completas de las que he vivido con este Club. Ser Campeón de Liga por primera vez y revalidar el título europeo me ha producido una enorme satisfacción, ya que es ver cumplido un trabajo y esfuerzo que se ha realizado todo el año. Me produce una sensación extraña, de inmensa alegría", señaló el jugador al término del ejercicio 1985-86.

Temporada 1986-87

La quinta campaña en el equipo para José Antonio Salguero comenzó con un nuevo fichaje para la defensa. El asturiano Bernardino Serrano 'Mino' llegó al Bernabéu para apuntalar una línea mermada con la lesión de Antonio Maceda en el Mundial de México. Una lesión que le terminaría retirando del fútbol. En la plantilla también se hizo hueco al canterano Juan José Jiménez Martos. "Tengo que comenzar como es habitual en el Real Madrid como casi siempre, luchando por un puesto. Todos tenemos grandes ilusiones puestas en la campaña que hoy ha comenzado oficialmente para nosotros y esperamos revalidar los logros de la pasada. Todavía perdura un poco la euforia de los éxitos conseguidos, lo que puede peligrar un poco. Pero, por otro lado, también nos puede venir muy bien, para que el inicio sea muy animoso y con muchas ganas", contaba Salguero el viernes 18 de julio de 1986, día de la presentación de la plantilla.

Y precisamente aquella temporada 1986-87 sería la campaña en la que más minutos dispuso durante su estancia en el primer equipo. Con los números en la mano, fue su mejor temporada como madridista. Le costó un poco encontrar hueco en las primeras semanas de competición. Pero a partir del mes de octubre Salguero se afianzó en el eje de la defensa y disfrutó de la titularidad y la continuidad que tanto anhelaba. 

En diciembre de 1986 el número 437 del boletín informativo del Real Madrid reconocía el buen momento que atravesaba el jugador. "Salguero, reconocido y admirado", apuntaba el titular de una extensa entrevista de tres páginas. "Se ha convertido durante lo que se lleva disputado de temporada en uno de los jugadores más en forma y brillantes de cuantos se encuentran encuadrados en nuestro balompié hispánico", comentaban desde la publicación oficial en el texto de entrada. 

"Sé mis condiciones y desde luego puedo decir que mi labor ahora no es ningún descubrimiento, ni una cosa de flor de un día que me haya surgido durante estos meses. Lo que ocurre es que antes, digamos que un poco por la precipitación, el miedo a no hacerlo bien, la responsabilidad de que si te salían las cosas mal te iban a sustituir, no tenía la confianza que tengo en estos instantes. Pero, bueno, gracias a Dios he hecho varios encuentros creo que muy buenos y eso me ha dado seguridad. Y lo más importante, que el entrenador ha depositado la suya en mí", confesaba un Salguero que hablaba sobre la continuidad en el juego y el apoyo del aficionado. "Lo primero ahora lo tengo y se nota. Sobre el otro particular, sé que había personas que eran adictas a mí, otras que no les gustaba mi forma de jugar y otro gran número de aficionados que se encontraban indecisos y esperaban por si definitivamente respondía o al contrario iba hacia abajo. Afortunadamente en estos encuentros pienso que este último grupo se ha inclinado a mi favor. Esto me hace sentirme mucho más tranquilo, más a gusto, ya que pienso que les he satisfecho a ellos y que, también, lo he hecho a mi interior. Todo esto se nota en el campo a la hora de desarrollar tu función. Es muy importante para un jugador saber que cuentas con el apoyo de la afición", comentaba nuestro protagonista.

La temporada 1986-87 transcurrió con el equipo peleando por la cabeza de la Liga y avanzando en la Copa de Europa a través de eliminatorias como aquel inolvidable duelo frente a la Juve de Platini. "La eliminatoria frente a la Juventus fue una de las cosas más bonitas que he vivido en el fútbol", comentó Salguero al respecto. Se cayó en semifinales con el Bayern, pero en Liga el Real Madrid se encaramó al liderato y certificó el título en la fase del Play Off. El equipo se proclamó Campeón de Liga el 14 de junio de 1987 en Zaragoza. En La Romareda, los de Beenhakker vencieron 1-3. Aquel día, José Antonio Salguero portó el brazalete de capitán del Real Madrid. 

"Se ha mantenido un nivel de juego bueno y debido a esa regularidad se obtuvo el fruto deseado", contaba Salguero tras ganar su segundo campeonato de la regularidad. "Fue muy importante cómo llegamos a la vuelta final de la Liga, pues al ser una incógnita desde el principio cómo íbamos a estar todos la teníamos un cierto miedo. Es de resaltar la buena preparación física que hemos tenido, así como la unión existente entre todos", describía el malagueño sobre la campaña en declaraciones recogidas por la revista oficial del Club. Salguero también hacía balance de su aportación. "La temporada, particularmente, resultó irregular, pues a pesar de que jugué más encuentros completos que en otras, no fue de forma continua. No jugué de principio, luego sí y, además, manteniendo un nivel aceptable, pero desaparecí y volví al final", analizaba. 

Salguero seguía siendo crítico consigo mismo y pensaba que podía aportar más al equipo. En cualquier caso, en la temporada 1986-87 jugó en las tres competiciones que disputó el Real Madrid alcanzando los 36 partidos oficiales. 28 de Liga, en los que marcó un gol, 4 de Copa de Europa y 4 de Copa del Rey. 

Tras el Madrid 

Sin embargo, José Antonio Salguero puso punto y final a su etapa madridista en el verano de 1987. La llegada de Miguel Tendillo al Club le terminó abriendo las puertas. El futbolista fue fichado por el Sevilla de cara a las siguientes tres temporadas y el martes 21 de julio de 1987 fue presentado como nuevo jugador hispalense. El defensa tenía ofertas de Málaga, Zaragoza y Murcia. "Me he decidido por el Sevilla tras sopesar todos los factores, económico, deportivo y personal", manifestó Salguero en declaraciones recogidas por el diario Marca al día siguiente. "En el Madrid no tenía la continuidad necesaria para demostrar un nivel alto. Sólo estaba para tapar huecos. Todos los jugadores fallamos pero a algunos se les perdonan los fallos y a otros no. A mí no me han perdonado. Yo tengo sitio en el Madrid y en el Sevilla, aunque quizás allí no pudiese demostrarlo", contaba el defensa. Salguero se disputaría un puesto en su nuevo equipo con Antonio Álvarez, histórico del equipo hispalense. "La presencia de Álvarez es mejor para mí y para el Sevilla, pues a mí me servirá como estímulo y al Sevilla como una garantía atrás, pues jugará el que esté mejor", apuntó Salguero que también tuvo buenas palabras para su nuevo club, uno de los importantes del fútbol español. "Habrá que tener más agresividad para estar entre los mejores, pues técnica tiene. Yo pienso mantener la mentalidad de los jugadores que hay en el Madrid", sentenció.

En el Sevilla, José Antonio Salguero siguió jugando con una camiseta blanca y disfrutó de la continuidad que le faltó en Madrid. Completó las tres temporadas que había firmado y otras dos más. En enero de 1992, el periodista Luis Miguel González entrevistó al malagueño en la sección 'La vida de los mejores', del semanario As Color. Ya en su quinta campaña como sevillista, el jugador hacía balance de aquella etapa. "Hasta la fecha, en mi modesta opinión, pienso que he mantenido una gran regularidad, pero estoy satisfecho a medias. Y se lo voy a explicar. Me hubiera encantado haber logrado algún título con el Sevilla. Es un club histórico al que sólo le falta que conquiste galardones. Hay buena plantilla y deseos de llegar lo más lejos posible. Este año acabo mi contrato con el Sevilla. Si todo sigue como hasta ahora, confío en renovar. Aún estoy en condiciones de rendir al máximo, como mínimo, un par de temporadas más. ¿Después...? El tiempo dirá, aunque casi con toda seguridad, cuando me retire del fútbol, me ponga a ejercer como abogado. Me queda una signatura para terminar la carrera de Derecho", relataba Salguero.

Terminó aquella temporada 1991-92 como titular, pero no renovó. En total fueron cinco años más en la élite. Salguero, que llegó a convertirse en capitán del equipo hispalense, fue un fijo en las alineaciones sevillistas durante aquel lustro entre las temporadas 1987-88 y 1991-92.

En el verano de 1992, con 32 años, recaló en el Mérida, en Segunda División. El equipo emeritense, que trataba de reponerse de la reciente pérdida de su entrenador, Juan Gómez 'Juanito', compañero de Salguero en el Madrid, peleaba por subir a Primera División. Durante las temporadas 1992-93, 1993-94 y 1994-95 el defensa malagueño fue fijo en el equipo aportando su experiencia y su buen hacer. En la temporada 1994-95 el Mérida consigue el ascenso a Primera División. Durante el verano del 95 parecía que Salguero seguiría en el equipo y que volvería a saborear la máxima categoría del fútbol español. Sin embargo no fue así. Con 35 años, Salguero cuelga las botas tras diecisiete temporadas como profesional, once de ellas en la máxima categoría. Jugó más de medio millar de partidos oficiales a lo largo de toda su carrera con sus diferentes equipos y fue Internacional Sub-21.

Con el Real Madrid disputó un total de 138 encuentros oficiales en los que anotó 9 goles. Durante su estancia en el Club ganó dos Ligas, una Copa de la Liga y dos Copas de la UEFA.

Epílogo

José Antonio Salguero pertenecía a aquellas generaciones de futbolistas que hicieron la 'mili' y que compaginaron fútbol y estudios, algo impensable hoy en día. Empezó a estudiar Magisterio, pero lo tuvo que dejar al hacer el Servicio Militar. Posteriormente, siendo jugador del Madrid, inició Derecho y terminó la carrera. Tras su retirada José Antonio Salguero, tal y como aventuraba en varias de sus entrevistas de su época en activo, trabajó como abogado y es propietario de una empresa de asesoría fiscal, laboral y subvenciones para empresas. Aunque se desligó del fútbol profesional sí que se le ha podido ver en algunos actos relacionados con el Real Madrid junto a otros ex jugadores del Club y ha estado vinculado al Departamento de Peñas. Recientemente, por ejemplo, le pudimos ver en el entierro de Manuel Velázquez o en los actos de homenaje celebrados con motivo del 25 aniversario de la muerte de Juanito.

"Sigo manteniendo una vinculación con el Real Madrid porque los fines de semana, cada vez que hay actos de peñas, que son un montón los que hay, tengo la posibilidad de ir representando al Club a diversas ciudades y diversos pueblos donde me lo paso sensacional, porque es volver a recordar un poco ese madridismo que existe por toda España y de alguna forma ellos elogian a una persona que ha sido jugador del Real Madrid", contaba el propio Salguero en una entrevista para Diario As.

El madridismo de José Antonio Salguero se fraguó a lo largo de todas aquellas temporadas en las que peleó por hacerse un hueco en el equipo. Aportando su granito de arena siempre que saltaba al terreno de juego. Fue todo un profesional que no dejó de trabajar nunca y que se sobrepuso a las adversidades cuando quedaba fuera de las convocatorias. Seriedad, honestidad y profesionalidad fueron algunas de sus señas de identidad como jugador del Real Madrid a lo largo de siete años. Estuvo presente en los momentos más difíciles que atravesó el equipo durante los primeros años de la década de los ochenta, pero también participó en los primeros éxitos de la etapa triunfal de aquella década. Compartió vestuario con grandes estrellas del Club. Testigo directo y protagonista de las inolvidables remontadas europeas y de la eclosión de la Quinta del Buitre, Salguero fue uno de los nombres propios del fútbol español de aquella década que tan buenos recuerdos nos evoca a muchos. Pero, sobre todo, según se desprende de todos los apuntes biográficos consultados, es un gran tipo. Buena gente. Treinta años después, me apetecía recordar su figura aquí en 'Historias del Real Madrid'.

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